Estoy harta de escuchar “no puedo”.
Yo misma no puedo escuchar
un “no puedo” más.
Humanidad imbécil, cómoda y cobarde;
hombres que luchan por poder,
y no pueden,
pero tampoco logran ser.
La muerte les llega mientras “hacen lo que pueden”,
mientras intentan,
mientras se convierten en sólo un intento:
de “ser libres”,
de “ser felices”,
de “ser alguien”,
de “ser yo mismo”,
ser, ser, ser.
La insoportable porquería del no ser.
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